El Gobierno de Javier Milei avanza con un nuevo proyecto que promete abrir un frente de debate con la CGT y la oposición. Mientras se prepara la discusión por la reforma laboral, el Ejecutivo trabaja en una iniciativa que busca transformar los planes sociales en herramientas de inserción laboral, inspirada en el modelo dual alemán de formación y empleo.
Un nuevo esquema de capacitación y trabajo
El plan apunta a que quienes hoy perciben planes sociales puedan formarse en oficios y capacitarse dentro de empresas, combinando educación teórica y práctica profesional. Este modelo, que en Alemania alcanza altos niveles de empleabilidad, propone que los participantes alternen clases en instituciones educativas con períodos de entrenamiento remunerado bajo supervisión en entornos laborales reales.
Según datos del sistema germano, nueve de cada diez jóvenes consiguen trabajo dentro del año posterior a finalizar el programa, y más del 60 % es contratado por la empresa donde realizó su práctica. En la Argentina, el desafío es mayor: una gran parte de los beneficiarios de planes sociales tiene más de 40 años o carece de formación previa en oficios.
El objetivo del Gobierno es reconvertir la ayuda estatal en una “inversión formativa”. En lugar de transferencias directas, los beneficiarios recibirían vouchers de capacitación para cursos certificados y prácticas en empresas. El proyecto prevé que los Centros de Formación de Capital Humano coordinen la oferta educativa y acrediten los conocimientos adquiridos, con la participación de provincias, municipios y grandes compañías.
Del asistencialismo al empleo formal
Desde el Ministerio de Capital Humano, destacan que el esquema busca romper con el círculo del asistencialismo y fomentar una transición hacia el empleo genuino, con incentivos fiscales para las empresas que incorporen a beneficiarios capacitados. “Se trata de construir, con esfuerzo propio, un futuro de dignidad y oportunidades”, sostienen fuentes oficiales.
Actualmente, tras la reforma del Programa Potenciar Trabajo, existen dos líneas de asistencia:
Volver al Trabajo (VAT): con cerca de un millón de inscriptos bajo la órbita de la Secretaría de Empleo.
Programa de Acompañamiento Social (PAS): con más de 200 mil beneficiarios, principalmente mayores de 50 años o madres de familias numerosas.
Ambos serían integrados progresivamente en el nuevo sistema de formación.
Las críticas y los desafíos
El proyecto ya genera polémica entre las organizaciones sociales, que advierten sobre las dificultades de implementación y la falta de un mercado capaz de absorber la demanda laboral.
“El modelo fracasa siempre”, cuestionó Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP y referente del Movimiento Evita, al señalar que muchos beneficiarios dependen de esos ingresos para su subsistencia inmediata y no podrían reemplazarlos por vouchers.
Aun así, en el Gobierno sostienen que la inversión social seguirá concentrada en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, que —afirman— pasó de cubrir el 54 % de la canasta básica alimentaria en 2023 al 94 % en 2025.
Un cambio estructural con impacto político
El “plan Milei” para reconvertir los planes sociales en capacitación laboral se enmarca en una agenda más amplia de reformas estructurales, junto con la reforma laboral y la búsqueda de apertura del mercado de trabajo formal. De avanzar, implicaría un cambio profundo en el modo en que el Estado argentino concibe la asistencia social: de la ayuda directa al trabajo productivo.